El señor Sabelotodo era un importante ejecutivo. Tenía poca paciencia y pésimo humor. Trataba muy mal a sus empleados y odiaba dar explicaciones. “Porque sí, porque lo digo yo”. Una mañana camino al trabajo, chocó con su auto y perdió la memoria. Y desde ese día vive siendo un ignorante. Eso sí, ahora se ríe todo el tiempo.
15/10/08
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