Aparece derepente
y envejece lentamente.
Esa luz que te titila en la retina.
Ese canto que enmudece.
Y la hoja que se escribe con las venas.
Y un latir desaforado
despotrica contra el tiempo.
Y en el viento enajenado
las gaviotas se descubren
una a una, enmarañadas.
Azuladas pinceladas, viejas notas.
Y un relato imaginado,
impecable y transparente.
16/2/10
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